Brun, Tony. "Ir más allá." 2003.

From Anabaptistwiki

Texto completo disponible aqui: Tony Brun. Ir más allá


Irmasalla00brun 0001.jpg

Contenido:

I. La Dimensión Personal de la Espiritualidad
1. La desarmonía ¿está en nosotros?
2. ¿Somos lo que deseamos ser?
3. El ser espiritual, ¿un ser primordial?
II La Dimensión Ambiental de la Espiritualidad
1. El ser espiritual es simple
2. El ser espiritual aspira la paz y la no-violencia
2.1 La paz es una gracia, es una donación
2.2 La paz es una creación continua
3. El ser espiritual sabe que su vida no consiste en la abundancia de los bienes que posee
4. El ser espiritual comulga con lo divino en el ambiente
5. El ser espiritual ve y escucha lo sagrado en las cosas y relaciones de la vida cotidiana
5.1 El modo de ver el mundo de Jesús de Nazareth
5.2 El modo de ver tiene relación con la paz
5.3 Semejante al modo de ver es el modo de escuchar
III. La Dimensión Social de la Espiritualidad
1. El ser espiritual es rebelde
2. El ser espiritual es corporal
3. El ser espiritual necesita de la fraternidad
4. El ser espiritual, el silencio y el amor al prójimo
4.1 El camino del silencio
4.2 El amor al prójimo

Sinopsis:

"¿Cuál es la verdad absoluta?", pregunta el discípulo. "Sigue caminando", responde el maestro. Ser espiritual es pues, dar un paso más, seguir caminando, es "ir más allá". Este libro no es una receta espiritual para individuos aislados, semejantes a las ovejas perdidas que es preciso rescatar, porque, en cierto modo, todos estamos un poco perdidos o como dice el apóstol Pablo "vemos confusamente en un espejo, conocemos limitadamente". Se trata de proponer la construcción de un camino, porque, en cierto modo, todos buscamos uno donde "entonces veremos cara a cara y enonteces comprenderé como Dios me ha comprendido" (1 Col. 3:12) En cierto modo, dar un paso más, "ir más allá" de la situación donde estamos, es también un camino -entre muchos- de espiritualidad, sea que formemos parte o no de una tradición o práctica religiosa. El desafío actual para la espiritualidad de las iglesias, no es un desafío parcial, que se puede solucionar apenas con el consumo de más "bienes" espirituales. La crisis espiritual es mucho más radical, y se evidencia como una ausencia de sentido. No pocos creyentes sienten profundamente que mucho de lo que hacen y creen en sus prácticas religiosas, ya no responde ni se armoniza eon sus necesidades espirituales y personales. No pocos creyentes se sienten encerrados en una enfermedad espiritual, que denota sequedad, hastío, pesantez. Incluso aunque se sienten atraídos por el mensaje de las bienaventuranzas, en su interior les parece irreal y fantasiosa la palabra de Jesús que nos exhorta: “Dichosos, sed felices!”. Muchos ya no quieren “saber” sobre Dios, sino que les mueve una sed interior por “experimentar” a Dios, y así, buscando dónde y sin saber cómo, deambulan por diversas iglesias y prácticas. Este libro aborda con franqueza -aunque sin agotarlas- estas cuestiones. Nos invita a ir más allá mediante una reconversión interior, que siguiendo el soplo del Espíritu en nosotros, trascienda los miedos que enfrentamos al constatar la necesidad de cambios en estas tres dimensiones de la vida espiritual: personal, ambiental y social. "Maestro queremos saber dónde moras?", preguntaron los discípulos. "Vengan a ver", les respondió Jesús.